Tras 10 días en este hotel me siento como en casa, o sea que lo sé todo. La ubicación es perfecta, frente a la playa y su paseo marítimo y haciendo esquina con la conocida street food. El personal justito pero amable, en la habitación una carta para comidas y cenas que debe ser en temporada porque ahora nada de nada, no hay comedor ni se puede desayunar, salvo que te compres el café y te hagas la cafetera en la habitación.
Problemas, pues si desgraciadamente más de 48 horas sin internet, al fin conseguí que uno de los chicos de recepción y tras rogarle, subiera a mi habitación y me conectara al wifi de un hotel próximo, has te adoro que se recuperó el internet en el hotel que fueron otras 48 horas más.
El mobiliario de la habitación es lamentable, tanto la silla, como la cama. Una pena, tiene posibilidades de ser una muy buena instalación pero esta sin interés por parte de la propiedad.