Como ya conocíamos muy bien el Oriente asturiano decidimos pasar unos días en el Occidente para conocer la comarca de los Oscos y del Navia y hemos venido encantados de todo, es una zona aún poco explotada
por el turismo (nada que ver con Picos de Europa o los pueblos de la costa), tiene un paisaje espectacular, montones de actividades para hacer y muchos restaurantes donde comer bien a buen precio.
Como digo, todo ha sido espectacular, aunque si hay algo que nos ha parecido fuera de lo normal es la Casa Selo de Pesoz. Es ideal para una familia con niños, aunque también vale para 2 parejas o para un grupo pequeño de amigos. Tiene de todo: barbacoa, chimenea, mesas fuera para comer, menaje de cocina y baño, electrodomésticos
(quizás le falte un horno, pero vamos, por poner una pega...). Pero sin duda el gran lujo de la casa es su dueño y su extremo cuidado por los detalles que hacen que te sientas en tu casa desde el momento en que cruzas la
puerta. Teníamos la despensa llena de comida, toda casera de la zona (mantecadas, huevos, patatas, chorizos, fabes, leche, verdura en temporada, sidra que elabora él mismo, vino, ¡¡¡hasta
pan!!!), la chimenea preparada sólo para encenderla con toda la leña que queríamos, la casa caldeada, un montón de folletos etc... Podría estar enumerando los detalles pero no merece la pena: decir sólo si tenéis
alguna necesidad muy posiblemente Pepe ya la haya previsto y si no, con decirle seguro que os la satisface. Todos los tópicos sobre la hospitalidad de los asturianos se quedan cortos con este hombre, se ve que es feliz haciendo feliz a la gente, y eso es algo difícil de encontrar hoy día.
La casa no es demasiado grande, pero nosotros tampoco necesitamos más. Es muy acogedora, conserva el aspecto de casa de pueblo pero está muy arreglada y decorada con gusto,
y todo está limpísimo. Ya con esto sería suficiente, ...
En fin, una gozada. Lástima que han sido pocos días, pero prometemos volver. Así que id de cabeza a Casa Selo!!!