Después de unas horas de viaje para alejarnos del bullicio de la costa, llegamos a este remanso de paz, alllí encontramos todo el silencio y tranquilidad que buscábamos, el trato del propietario excelente,aunque el parking nos quedaba algo retirado, valió la pena, disfrutamos de unas vistas al valle inigualables, aquellos paisajes, el canto de los pájaros, el susurro del agua, vaya, ni ganas de regresar a casa, total seguridad y tranquilidad, estoy segura de que volvermos pero esta vez lo planificaremos mejor para estar más tiempo.Os animo a probar este magnifico lugar.