La atención a la entrada fue extraordinaria (aunque sí faltó el recibimiento con té como en otros riads inclusive de mucha menos categoría), aun así me encantó la atención del recibimiento, el check-in fácil y rápido, la buena cara, todo nos dio mucha tranquilidad en un lugar tan caótico como lo es Marrakech.
Respecto a las instalaciones si bien, están muy bien cuidadas, limpias y bonitas, solamente el baño se nos complicó porque el sostén de la regadera no estaba bien y no permitía colgarla adecuadamente, además de su posición muy baja.
En cuanto a la ubicación es óptima (tal vez falta un letrero que indique desde la calle principal, ya que confunde un poco buscarlo porque está escondido), pero es excelente, justo a 3 minutos del café de france de donde salen los tours.
Lo recomiendo, nos hubiese gustado estar más tiempo.