Nos dio una habitación que no tenía vistas al mar y reclamé, nos la cambió por una que sí en la que había muchísima humedad, paredes y techos con negro de la humedad, La ducha no tenia fuerza ninguna y el baño se estropeó la segunda noche, cayendo agua por el WC constantemente. No hay recepción hay que ir a buscar al que atiende al bar, por que siempre está allí y solo va cuando se le va a buscar. Es una pena que un lugar tan idílico, ya que está en el centro y tiene habitaciones con vistas maravillosas, esté tan descuidado y mal atendido, con una pequeña reforma y un poco más de mimo, estaría perfecto!