El hotel está algo dañado por lo del huracán, no hay internet en las habitaciones por lo que aunque haya tele no hay nada que ver, las cortinas rotas, toallas de habitación super viejas, el aire acondicionado medio trabaja, sin embargo considero que se debería recompensar con que el personal tuviera aunque sea un poco de amabilidad al atender, desde la recepción se le comento al recepcionista del detalle del internet y solo dijo que estaba mal y no podía hacer nada, en la alberca no hay toalla para salir de ella, tienes que ir a recepcion y las niegan, las personas del restaurante no son ni para ofrecerte la carta, todos con mala cara muy poco serviciales, y solo están platicando entre ellas, pareciera que desean que no estés como huésped para no tener que atender a nadie.